Informa el portal Surtidores.com que el senador Pablo Blanco presentó un proyecto de ley para prevenir la «vulnerabilidad de los sistemas de protección de activos de la empresa y de la supervisión de toda la cadena de valor hasta las bocas de expendio».
Es importante que nuestros legisladores se ocupen de los temas que afligen a la sociedad y siempre la legislación que sea discutida, debatida y, finalmente, aprobada y puesta en práctica es bienvenida.
Dentro del debate debe existir una revisión de las normas vigentes en materia de seguridad y su nivel de aplicación en la práctica.
El caso de la nota, que se trata de la sustracción, transporte, refinación y venta de hidrocarburos es un delito. Simplemente un robo.
Y sin que seamos expertos nos atrevemos a decir que no se puede prohibir el delito por ley.
El robo de petróleo de oleoductos ha sucedido muchas veces a lo largo del tiempo y, obviamente, se hace en forma clandestina. A escondidas. Más allá de la caída de presión del caño y las pérdidas de producto que no pueden ser atribuidas a cuestiones operativas, no hay formas de prevenirla.
A partir de allí comienzan las actividades «lícitas» y que generan las primeras señales. El transporte desde el lugar de la «pinchadura» hasta su almacenaje debiera llamar la atención del sistema de control.
La reglamentación indica que TODOS los camiones cisterna que transportan combustibles tienen que tener cierta documentación sin al cual no puede circular. ¿Son tantos los camiones que no se pueden controlar?
La reglamentación existe. Hay que cumplirla.
El petróleo hay que refinarlo. No es un producto que pueda ser utilizado en forma directa por un consumidor.
TODAS las refinerías tienen que estar inscriptas. ¿Puede haber refinerías clandestinas? Claro. Pero no son instalaciones que puedan pasar desapercibidas. Y menos aún si están en funcionamiento, con lo que significa el movimiento de entrada y salida de camiones, y la generación de energía.
La cadena final de comercialización (de nuevo, camiones que transportan, en este caso, productos refinados) tiene que estar en asociación con el delito.
¿Se pueden vender productos en forma clandestina? Resulta más fácil los intermedios (gasoil) y pesados (fuel oil) que las naftas. Estas últimas dependen casi exclusivamente de las estaciones de servicio.
En toda la cadena existe reglamentación de control en vigencia, tanto por cuestiones fiscales (AFIP), como operativas (Secretaría de Energía).
Legislar para mejorar parece muy bueno.
Cumplir con la legislación vigente parece todavía mejor.