Ante la subida del valor del crudo internacional ya arrecian las propuestas para fijar un precio doméstico inferior al foráneo.
O sea. Vamos a repetir recetas que no funcionaron nunca y no funcionarán.
Acabamos de venir de la frustrada experiencia del “barril criollo” donde nunca se cumplió la disposición estatal. En este caso fue una imposición, no un acuerdo.
En el siguiente gráfico se puede observar el cumplimiento:

El valor local fue mucho más fiel al precio internacional que a la imposición.
La “novedad” ahora sería que habría un acuerdo entre productores y refinadores.
Ahora nos preguntamos: ¿cómo juega la exportación? Porque si acordamos en 55 u$s/bbl y el exterior está en 66 u$s/bbl el incentivo a exportar será mayúsculo. ¿Intervendrá entonces el Estado?
Esto no tiene solución, salvo un fondo compensador como el que propuso alguna vez el Dr. Lavagna. Los precios que actúan son los del mercado y el fondo compensador hará que la sangre no llegue al río (al consumidor en este caso).
Pero no actúen sobre los precios. No sirve.