Tal como era esperable el proyecto de Ley de Biocombustibles gestionado en Diputados sigue demorado. El proyecto se había aprobado en Comisión con el aporte de los diputados de Jujuy y Tucumán, las dos provincias que no son «tocadas», ya que el etanol proveniente de la caña de azúcar es el único producto que queda más o menos indemne del embate político.
Pero resulta que en Senadores hay algunos rebeldes que cuestionan algunas cosas del proyecto como la reducción del corte, un verdadero disparate si se trata de una ley de «promoción». También está en discusión la potestad de bajarlo aún hasta un 3% en caso de aumento de precios, otro disparate que no contempla qué pasa cuando aumenta el valor del petróleo. Insólito.
Siguen sin ponerse de acuerdo nuestros legisladores acerca de si se quiere reemplazar los hidrocarburos o no. Nadie quiere decir abiertamente que no les interesan los biocombustibles porque es «piantavotos». Entonces inventan argumentos, unos más increíbles que otros, para tratar de justificar su accionar. Y su voto.
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