Terminado el proceso de aprobación de la nueva ley sobre la ¿promoción? de los biocombustibles en nuestro país, que reemplaza a la vigente desde el 2006, debemos hacer un resumen y sacar algunas conclusiones.
Lo primero que aparece en el horizonte es la pregunta: ¿Por qué se aprobó esta ley?
En primera instancia pareciera que todo es político porque los impulsores del proyecto de biocombustibles no saben nada. Si se repasan los nombres de las principales espadas defensoras del proyecto veremos que no tienen antecedentes que los vinculen a un conocimiento específico del tema. Por lo tanto debemos pensar que hubieron otros intereses o, quizás, la necesidad de derrotar a algún enemigo no declarado. Incógnita. ¿Por qué lo hicieron? ¿A quién beneficia la ley?
Po hemos leído que la industria automotriz es la “beneficiaria” porque de esa manera impide el crecimiento que se vislumbraban en los porcentajes de corte.
Pero, si es así: ¿Era necesario bajar a la mitad el corte existente? Eso parece ser una obra de venganza, no de protección.
Por otro lado, según dicen, se benefician los refinadores. Es posible. Los valores de ambos productos son mayores a los valores en planta de despacho de nafta y gasoil. Saquemos las naftas porque quedan igual (si no bajan al 9%). ¿En cuánto se benefician los refinadores bajando el corte del 10% al 5%? Como ya es de público conocimiento lo único que altera la economía de los refinadores es el valor del crudo. Lo demás no influye.
Estas dos corporaciones, mencionadas como artífices del proyecto, no parecen ser las responsables directas del hecho. ¿Que se quejan? Seguro. Como han hecho siempre. Pero descreemos de una acción directa.
¿Por qué, entonces, se aprueba la ley?
Volvemos a la política, entonces.
Las provincias involucradas: A favor, aunque con algo de ceguera sin pensar que en otro momento se les puede volver en contra, las provincias del NOA. Tucumán, Salta y Jujuy productoras de azúcar y etanol de caña. Reticentes, en el comienzo de la Ley anterior, a poner en condiciones sus instalaciones de elaboración de etanol, antiguas como la zafra del azúcar.
A favor, las provincias petroleras en entendimiento que podría afectar los ingresos por regalías. Sinceramente, incomprensible. La producción de petróleo y gas no tiene nada que ver con lo que sucede en el downsteam. Se puede exportar petróleo y el mercado de gas es casi infinito si lo tomamos regionalmente. Pero hay que invertir. Mejor que se preocupen las provincias por mejorar las condiciones para la inversión.
En contra, las provincias agropecuarias, Santa Fe y Córdoba. Córdoba mejora su perfil logístico al convertir maíz en etanol y residuos para la alimentación vacuna.
Santa Fe, donde están la mayoría de las PYME’s productoras de biodiesel.
Al final, se termina aprobando por un margen que no concreta una situación holgada de conformidad. No se sabe si se trata del último capítulo.
Terminamos el comentario con la misma pregunta: ¿Por qué se aprueba la ley?