En el portal especializado El Estacionero se publicó una nota sobre el incremento de la utilización de biocombustibles en la provincia de Córdoba.
Pueden leer la nota completa en: https://www.elestacionero.com/noticia-principal/mas-biocombustibles-en-las-estaciones-dirigentes-cordobeses-se-reunieron-con-el-ministro-fabian-lopez/
Esto es “lo bueno” según nuestra opinión ya que trata de intensificar el uso de un recurso natural, abundante en nuestro medio, que no compite con los alimentos, por lo menos en nuestro país y que coadyuva a minimizar los riesgos de desabastecimiento y la consecuente sangría de divisas.
Claro que esta decisión cordobesa va en contra de una absurda política oficial que hizo que se sancionara, en agosto de 2021, la Ley N° 27.640 que bajó drásticamente el corte de biodiesel en gasoil al 5%, dejando abierta la posibilidad de rebajarlo aún más hasta un 3%.
Como la realidad supera a la inteligencia humana, por lo menos en el timing, en junio del año pasado se debió, a las apuradas, establecer un corte adicional transitorio de biodiesel del 5% sobre el establecido anteriormente (Decreto N° 330/2022).
Se trataba de parar las denuncias de desabastecimiento de gasoil que arreciaban en todo el país, casi sin excepciones.
En forma concordante se dictó el Decreto 329/2022 en el que se creaba el Régimen de Incentivos al abastecimiento Interno de Combustibles a empresas refinadoras y/o refinadoras integradas.
Esta norma exceptuaba del pago del Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y el Dióxido de Carbono a las importaciones de gasoil.
Y acá empezamos con lo malo.
Por último, desde lo reglamentario, el Estado emite el Decreto N° 86/2023 reponiendo, y aumentando, los alcances del anterior ya que ahora se desgravan también las importaciones de naftas de las que, casualmente, no hubieron denuncias de desabastecimiento en el año 2022.
Lo curioso de los decretos 329/2022 y 86/2023 es que parecen escritos con nombre y apellido, por lo menos en alguna de sus facetas.
Por ejemplo, veamos algún considerando
Que la situación se ha visto agravada por el progresivo declino de cuencas convencionales claves para el abastecimiento de refinerías regionales estratégicas y por la reducción tendencial en la densidad media del crudo producido, con su consecuente efecto sobre la productividad de refinerías adaptadas a crudos más pesados.
Si esto no se llama REFINOR, no sabríamos que otro nombre ponerle ya que el resto de las cuencas principales no han declinado en su producción total. La Cuenca del Gofo San Jorge, si bien no crece, no declinó notablemente su producción y la Cuenca Neuquina aumentó en forma importante la producción de crudo NO Convencional de forma tal que la producción total ha ido en aumento.
La Cuenca Austral sí redujo la producción pero dentro del total nacional no tiene significación y su reducción no se debe al “progresivo declino de cuencas convencionales” sino a otras cuestiones más relacionadas con la renovación de las concesiones.
¿Qué nos queda entonces? Cuenca Noroeste, con evidente declino estructural y su adyacente REFINOR.
Otro considerando.
Que uno de los problemas que enfrenta la industria hidrocarburífera argentina es la insuficiencia estructural de la capacidad refinadora local para abastecer completamente una demanda creciente, tanto industrial como del parque automotor.
Simplemente vamos a mostrar el gráfico de aprovechamiento de capacidad instalada de elaboración propia:

Como vemos, el promedio de utilización del año 2022 fue del 76,4%.
Dos aclaraciones:
- El promedio incluye a REFINOR cuyo aprovechamiento de la capacidad instalada fue del 13,4%
- El aprovechamiento de la capacidad instalada debe ser leído cuidadosamente porque depende de si, con ese porcentaje, están completas las unidades de conversión de cada refinería. A priori, diríamos que cargando más crudo se podría, todavía, obtener más producto comercial. Principalmente gasoil.
El último párrafo a analizar (a continuación del artículo 3°, acápite b)):
Tratándose de refinadoras integradas, se adicionará al importe que se solicite en los términos del párrafo anterior un monto equivalente al que resulte de multiplicar la suma de los importes fijos de Impuestos sobre los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono aplicables al gasoil y/o las naftas, por el CIENTO CINCUENTA POR CIENTO (150 %) del volumen de crudo abastecido a refinerías identificadas por la Autoridad de Aplicación como Pequeñas Refinerías de Regiones Afectadas –PReRA– que por motivos relacionados con su ubicación geográfica, la situación declinante de la cuenca de crudo de las que son principalmente abastecidas y/o por carecer de oferta de crudo local en condiciones de mercado se vean imposibilitadas de utilizar al máximo su capacidad de refinación, por hasta un volumen equivalente al VEINTE POR CIENTO (20 %) de la capacidad de refinación de la pequeña refinadora abastecida, según lo defina la Autoridad de Aplicación.
Y volvemos a ponerle nombre: YPF
Empresa integrada que abastezca un volumen de crudo (YPF) a refinerías identificadas por la Autoridad de Aplicación como Pequeñas Refinerías de Regiones Afectadas que por motivos relacionados con su ubicación geográfica, la situación declinante de la cuenca de crudo de las que son abastecidas … etc (REFINOR).
Traducimos, si YPF no cumple alguna de las condiciones del decreto pero se las arregla para vender crudo a REFINOR, podrá importar gasoil y naftas sin pagar impuestos.
Nota al pie: REFINOR está conformada en un 50% por YPF y un 50% por Integra, un Holding liderado por José Luis Manzano y que compró la participación a Pampa Energía y Pluspetrol.
La subsidiaria del Holding que está a cargo de la gestión de REFINOR es Hidrocarburos del Norte.
Culminado este detalle vamos a hacer un resumen. O intentar hacer un resumen.
- Alguna iniciativa esporádica (Córdoba) apunta a la mayor utilización de biocombustibles. En el buen camino.
- El Estado Nacional alienta la importación de combustibles sin el pago del impuesto específico que le corresponde en un momento en que la demanda muestra signos de debilitamiento.
- Tanto para el gasoil como para naftas existen todavía algunas medidas para aumentar la producción local.
- En gasoil un aumento de procesamiento de crudo ayudaría. Algo en naftas se podría aportar también.
- En naftas existen instalaciones sin funcionar como al Refinadora Neuquina SA, con una planta de Reformado Catalítico con capacidad para producir un corte de nafta de más de 98 octanos. Si bien existe un conflicto judicial es insólito que esa funcionalidad esté inactiva mientras se fomenta la importación de nafta sin impuestos.
Las «ayudas», si debieran existir, cuestión que ponemos en duda, tienen que reducirse al máximo y apuntar a cuestiones de futuro, no coyunturales.
¿Qué significa «ayudar» a REFINOR en este contexto?
Una empresa que tiene una refinería que no tiene crudo y que se ubica a 2300 km de su abastecimiento más cercano.
Que tiene dos trenes para procesar gas natural boliviano, cada uno con capacidad de 8.000.000 de metros cúbicos diarios. Hoy está pasando 300.000 m3. O sea, un tren parado y el otro trabajando al 4%.
Que el futuro del gas de Bolivia no va a mejorar porque se construteron utilidades separadoras de propano y butano en el país vecino y el gas viene «seco». El poco gas que viene. Entre 8 y 10 MMm3/día.
El único activo interesante que le queda a REFINOR es el poliducto y sus instalaciones perisfpericas, cuya concesión está en proceso de renovación.
Y de eso tendrá que vivir. Modificar el sentido de transporte del poliducto para llevar combustibles terminados desde Montecristo en Córdoba es la alternativa que aparece como racional.
Lo «bueno» y lo «malo» …